
Más grande que su pariente, la tortuga mordedora, esta tortuga puede pesar 91 kg. Su caparazón rugoso la camufla en el fondo del río. Allí acecha a sus presas con la enorme boca abierta, mostrando un apéndice rojo que, como una lombriz, sobresale de su lengua. Si un pez se acerca a este cebo, la tortuga se lo traga o lo desplaza con sus temibles mandíbulas.

El Basilisco:
El basilisco corre tan rápido que incluso puede desplazarse a unas distancias cortas por encima del agua, apoyando sus largos dedos sobre la película de la superficie .
Clamidosaurio:
El collar: al ser amenazado por un predador, el clamidosaurio australiano o kingi despliega una especie de collar con plieges en forma de abanico o gola en torno a la cabeza y emite un sonido sibilante para verse más grande y más peligroso de lo que realmente es. Otros lagartos hinchan el cuerpo con aire para aparentar ser muy grandes para ser tragados. Pero la mayoría de los lagartos y lagartijas se camuflan muy bien y se esconden de los depredadores.
